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24 Cuando él salía los criados entraban. Al ver que las puertas de la galería tenían echado el cerrojo, se dijeron:

— Sin duda estará haciendo sus necesidades en el aposento de la galería de verano.

25 Y se quedaron esperando. Hasta que desconcertados porque nadie abría las puertas de la galería, se hicieron con una llave y abrieron. Su amo yacía en tierra, muerto.

26 Mientras ellos esperaban, Ejud huyó, rebasando Los Ídolos y poniéndose a salvo en Seirá.

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